Nota: en esta publicación, analizamos alternativas estratégicas a lo señalado en carta de opinión enviada por Sebastián Rojas al Diario Financiero el día 5 de febrero sobre el intento de inversionistas locales de replicar lo que pasó con GameStop.
Robin Hood en el Bosque de WallStreet
Robin Hood o Robin de Locksley es un personaje ficticio que junto a su arco desafiaba al sheriff de Nottingham para robar dinero de los de nobles, obtenido mediante tasas usureras, y devolvérselo a su pueblo.
Hace unas semanas atrás, un grupo de personajes reunidos en Reddit se reunieron en masa para comprar acciones de varias empresas en decadencia y “hacer caer” a grandes hedge funds que tenían posiciones “cortas” en empresas como GameStop, con supuestas pérdidas millonarias. Lo irónico es que utilizaron la plataforma de inversiones Robinhood para ejecutar su plan, plataforma de inversiones que aparentemente no cobra comisión por la compra de acciones, aunque si gana por el spread al comprar y vender en las puntas ventajosas para ellos. Pero más allá de este evento casi anecdótico, la existencia de estas plataformas abre el mundo de inversiones a todas las personas con algo para invertir. Entonces, si bien Robinhood no le roba al rico para devolverle al pueblo, sí habilita a más personas a obtener riqueza en el mercado de inversiones.
Robinhood superó las 13 millones de descargas en Google Play y Appstore desde que partió el rally de Gamestop, abriendo la puerta a pequeños inversionistas, como son los adolescentes que participan del foro Reddit, y los ojos de otros inversionistas masivos que hoy pagan altas comisiones a sus proveedores de instrumentos de inversión.

En Chile por otro lado, posterior al evento de GameStop, un grupo menor organizado por Twitter intentó repetir el experimento con las acciones de Schwagger. Si bien, este evento tuvo resultados muy acotados, nos muestra que en nuestro país hay interés por invertir y, sobre todo, aún hay mucho espacio para crecer en el segmento de pequeños inversionistas, con plataformas que simplifican el proceso a quienes tienen conocimientos limitados del mercado financiero o desconfía de éste.
El mejor ejemplo de esta oportunidad en la industria local hoy es el alcance que están tomando aplicaciones como Fintual –empresa que en 2018 comenzó como una administradora que ofrecía sólo 3 fondos y US$ 250 mil en activos administrados, y ya tiene más de 40 mil clientes y US$ 350 millones en activos . Su éxito se debe no sólo a la tecnología que facilita el proceso de inversión, sino que también simplifica el proceso a los inversionistas, desde el lenguaje y el entendimiento, hasta la inscripción y la forma en que se ejecutan las inversiones.

Si bien a nivel internacional esta industria nació el 2008 de la mano de aplicaciones como Wealthfront y luego Betterment, en Chile es un fenómeno reciente y que va en crecimiento de la mano de una docena plataformas de inversión de fondos (como Focus y Fintual) y de transacciones bursátiles (como Racional o Capitaria). También plataformas extranjeras habilitan hoy invertir en activos de manera simple, tales como eToro, que permite replicar de manera automatizada los portafolios de traders destacados.
Con sus respectivas diferencias, todas estas plataformas tienen cuatro elementos en común: simplicidad para el registro y el acceso a la plataforma (no ponen requisitos); lenguaje sencillo y cercano a sus clientes; rentabilidades competitivas (e incluso superiores); y cobro de comisiones inferiores frente a los administradores de inversiones tradicionales (que finalmente puede ser más caro, como el caso de Robinhood). Con estos elementos, las plataformas logran reducir las barreras de entrada al pequeño inversionista, sumando así elementos que generan mayor sensación de transparencia.
Estas aplicaciones no compiten en el mercado institucional o de grandes patrimonios, lo hacen usualmente en el mercado masivo de pequeños y medianos inversionistas. En Chile, este mercado tiene un tamaño en comisiones por fondos del orden de US$350 millones anuales. Estas plataformas no sólo pueden capturar comisiones en este mercado, tienen el potencial de hacerlo crecer incorporando personas que hoy no invierten.

Construir estas plataformas involucra un desarrollo tecnológico importante, que empresas como Wealthfront tardaron años en estabilizar. También involucra altos requerimientos de seguridad para la integración con sistemas ya existentes de la empresa. En este caso, existen plataformas “white label” – es decir, personalizables para las marcas que las adquieren– que pueden acelerar el desarrollo, pero sólo soluciona una parte de la complejidad para construirlas.
Si bien estas plataformas no han estado exentas de controversias e incluso demandas, hoy los pequeños inversionistas se dieron cuenta de que existen alternativas de fácil acceso para invertir su dinero. En un sondeo realizado en Noviembre del 2020 por Montblanc Consulting entre personas del grupo millenials, 5 de cada 10 tienen el 75% de sus ahorros en estas plataformas, siendo las principales razones de por qué elegirlas las bajas comisiones, pocos requisitos de entrada y la percepción de transparencia.

Este fenómeno plantea importantes desafíos a empresas de inversiones, corredoras de bolsa y administradoras de fondos en Chile, cuestionando la estrategia de desarrollo y sustentabilidad del negocio de administración de inversiones, con trade-offs de invertir o mantener y los riesgos inherentes de las distintas alternativas. Entre posibles estrategias para enfrentar estos desafíos se encuentran:
- Desarrollar una plataforma para entrar o atender al mercado masivo como estrategia defensiva para no perder clientes
- Desarrollar una plataforma masiva para entrar a ganarle al mercado y hacer crecer la torta, con el riesgo de canibalizar productos y servicios actuales
- No desarrollar una plataforma masiva y enfocarse en un segmento de mercado con el modelo tradicional mejorando la propuesta de valor
- Focalizar en automatizar y ser un proveedor “low-cost”
- O simplemente no hacer nada, con el riesgo de perder cuotas de mercado futuras, pero manteniendo márgenes
Estas alternativas generan la pregunta, ¿cómo mi empresa se prepara para enfrentar a estos nuevos competidores y la llegada de este tipo de tecnologías?