La consultoría de gestión y estrategia se caracteriza por ser desafiante y tener equipos exigentes, que trabajan para entregar a sus clientes resultados excepcionales. Para lograr estos resultados las consultoras buscan personas “especiales”, los “high achievers”, de gran capacidad analítica y fuertes habilidades interpersonales. Históricamente, han logrado atraer muchos de estos talentos “excepcionales”, que buscan un aprendizaje rápido, carrera acelerada, acceso a empresas y ejecutivos de alto prestigio, trabajar en temas de impacto, buenos sueldos y un cierto glamour por trabajar en una industria que emplea “a los más capaces”. A su vez, trabajar en consultoría tenía asociado un costo: Trabajo intenso, viajes, estrés, entorno constantemente exigente…
En un mercado laboral dominado por empresas grandes donde la carrera a la cima era intensa, la consultoría fue el escaparate y acceso para carreras posteriores exitosas, un sello de calidad con rentas inigualables. Así, la consultoría podía generar procesos para reclutar a estas personas “especiales”. Estos seres especiales eran percibidos prácticamente como héroes entre sus pares del colegio o la universidad – así como lo fueron Aquiles, Hércules o Lancelot. Y fue esta misma percepción la que empezó a limitar las postulaciones a consultoría – cada vez menos personas se consideraron “héroes”.
La complejidad de los negocios y del contexto ha aumentado, haciendo la exigencia para estos perfiles de “héroes” cada vez más grande. Al mismo tiempo, consultoría tiene ahora otros “competidores” por el mismo talento, como los startups tech, que irrumpen con un mayor sentido o propósito que las consultoras (¿”transformar el mundo” vs “prepararte para que puedas ser un ejecutivo excepcional”?). Por otra parte, el profesional joven de hoy es muy distinto al de hace 20 años atrás; su búsqueda del balance entre felicidad y carrera es algo mucho más presente, entonces los más talentosos no toleran exigencias laborales que apunten a un desbalance, cambiando las condiciones de base de la relación con el trabajo. Es entonces una utopía que las consultoras mantengan el mismo modelo de buscar a “las personas perfectas, que rápidamente hagan y sepan de todo “.
Este cambio de los talentos nos obliga a replantear nuestro modelo de creación de valor: ¿Qué es aquello que permite lograr resultados excepcionales? ¿Sigue válida la respuesta de equipos de héroes? ¿Habrá otra manera de apoyar a nuestros clientes a conseguir resultados excepcionales en sus desafíos de negocio más complejos?
Cuando partimos hace 13 años ya teníamos preguntas de este tipo y desarrollamos varios modelos y análisis para, por ejemplo, entender si existe un perfil de consultor ideal. ¿La conclusión? no existe un perfil único exitoso; en un mundo de management gobernado por problemas adaptativos, distintos estilos son capaces de producir excelentes resultados. Pero todos estos estilos compartían algo en común: Una curiosidad intelectual activa e insaciable, una gran capacidad de trabajo, y el sentido del equipo para, junto al cliente, producir estos resultados.
En ninguno de nuestros proyectos el trabajo era factible de lograr con el esfuerzo de un único consultor y cada consultor contribuía de forma propia al resultado, usualmente en áreas distintas. Entonces, ¿por qué seguir buscando héroes? Fue ahí cuando nos dimos cuenta de que inconscientemente estábamos construyendo un camino distinto, un camino nuevo para la consultoría: Montblanc logra ayudar a sus clientes a conseguir resultados excepcionales a través de un equipo heroico, no un equipo de héroes individuales. ¿qué significa esto? En Montblanc invitamos a gente apasionada, con capacidades distintas y distintivas, a ser parte de un equipo de gente talentosa, donde compartimos las ganas de ayudar a nuestros clientes y seguir aprendiendo y mejorando, en un trabajo conjunto e inspirados, logrando transformar los desafíos en resultados excepcionales.
Hemos redefinido el estándar de lo que es un consultor/a y hemos buscado construir una organización que potencie el desarrollo de cada uno, en un modelo donde el equipo es la clave para el éxito. Una frase inspiradora de la Madre Teresa de Calcuta identifica mucho nuestro trabajo “Yo hago lo que tú no puedes y tú haces lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas”.